Palabra Libre, es una editorial que dirige Catalina Martínez, una apasionada del (tinto) café y por supuesto que, de la literatura, es también una mujer de decisiones y gran visión quien en solo cuatro años de que naciera su editorial ha recorrido varios kilómetros y mucha experiencia para presentar en sociedad literaria este proyecto que deja un gran sabor tal vez hasta mejor que un expresso.
Comparte con su eterna sonrisa dibujada a través del cubrebocas, pero que se refleja en su mirada, que todo empezó en Miami, Florida en los Estados Unidos, cuando se tuvo fe en publicar autores hispanos que escribieran en español cuyas obras tendría como mercado principal es estadounidense.
Pronto se topó con el primer obstáculo y al que muchos editores se enfrentan tarde que temprano, la distribución de sus obras. Problema que se profundiza más en un país donde no hay muchas librerías que quieran tener en sus estantes libros en español. La calidad y propuestas literarias también fue un factor a considerar, las publicaciones con posibilidad de venta simplemente no se ajustaban a lo que ella quería publicar.
Pese a todos estos aparentes obstáculos, Catalina Martínez regresó a Colombia se tomó unos días mientras pensaba en el futuro de su editorial, fue ahí cuando decidió simplemente darle un giro de 180 grados a su proyecto dejar que sus palabras tomaran la libertad que querían, resolvió abrir la editorial ahí mismo en Colombia y empezar a distribuir estos autores que tenía en Estados Unidos, pero desde su tierra natal.
“Así que en el 2017 ya en Colombia creamos la editorial Palabra Libre y la idea es publicar autores latinoamericanos a través de nuestra editorial y traerlos al mercado americano, México, Colombia esa es la intención. Empezamos con dos autores un autor español que se llama José María Valle con una novela histórica que se llama El hijo del curandero; y Armando Caicedo con su libro El niño que me perdonó la vida, así empezamos. Para el siguiente año teníamos más autores, más libros y se nos vino la pandemia…”.
Algunos otros hubiesen bajado los brazos y detener todo el proceso creativo editorial, pero no Catalina quien al hablar de Palabra Libre en su mirada se le refleja una amorosa pasión, así que, con el objetivo firme de ser esa editorial independiente y libre, al servicio de los autores que, desde cualquier parte del mundo, se la juegan por la literatura en español, volvió a sortear el fatídico 2020 y hoy presume muy contenta que tienen ya cuatro años de vida.
Buenos resultados
Será ese melódico e inconfundible acento colombiano en su hablar o esa alegría contagiosa que proyecta, o será que se siente arropada por el amigo Don Carlos Próspero, columnista de Milenio Jalisco que esta entrevista simplemente pasó a ser una agradable charla, como sea que fuere Catalina Martínez no quiere dejar pasar un detalle:
“A la FIL vengo porque el gobierno de Colombia a través de ProColombia, que es la entidad que promueve el tema comercial, lanzó una convocatoria para empresas del sector editorial para que se postularan a una beca para participar dentro del stand de Colombia. Y Palabra Libre se ganó un lugar, estamos diez empresas editoriales con propuestas colombianas técnicos, derecho, educativo, invidentes”.
“Traje novedades que son lo que publiqué recientemente, tenemos alrededor de veinte libros publicados, traje 16 que son propuestas para varios tipos de lectores, a los que les gusta la ficción, a los que se van más por la no ficción, traemos también juvenil, novela negra, aventura, intriga, histórica, y una que me gusta mucho la infantil”.
Destaca que el sello infantil es uno de los que quiere mucho porque le está dedicando a conciencia lo que publica, literatura para niños entre los 10 y 14 años, en esa transición de los primeros libros y el brinco que se da a la literatura juvenil, para Catalina siempre hay un vacío editorial para ese paso intermedio y decidió apostarle a ese mercado, con temas que vayan contribuyendo a crear una mejor sociedad en el futuro con temas de ecología entre otros.
Aclara que en su proceso por descubrir y descifrar el funcionamiento del mundo editorial, ya había visitado la FIL, donde con todo y “mi maletica vine a tratar de aprender y descifrar cómo funciona esta industria, cómo funciona la FIL y este es el primer año que participo como editorial y la verdad ha sido una experiencia bastante enriquecedora, muy buena para nosotros, nuestros libros se quedan en la librería Carlos Fuentes, vendí libros a los visitantes, hicimos contacto con distribuidores, con agentes para hacer traducciones a otros idiomas, salgo muy contenta de FIL”.
México la apuesta
Catalina Martínez sabe que cada una de las decisiones que tomó hoy la tienen junto con sus libros en Guadalajara, en la Feria Internacional del Libro y en México, comenta:
“La distribución en Colombia como en México sigue siendo tradicional, siguen estando las librerías, está el tema de hacer las presentaciones de libros con el autor, hay elementos que le hacen falta a uno como editor, como escritor como autor que son como abstractos allá en Estados Unidos. Para el mundo editorial en español México es importantísimo, el mercado de lectores es muy importante”.
“Hay una curiosidad de la literatura por conocer qué se está haciendo en otros lados, tuvimos grandes autores colombiano viviendo en México, hay una tendencia a desmarcarse de lo que es esta literatura a ser diferentes, pero es como el ADN, en Nicaragua la figura es Rubén Darío; en Argentina Borges, en Colombia todos quieren ser novelistas como García Márquez, pero se está tratando de crear su propia identidad y para eso estamos nosotros, para descubrir estos nuevos talentos y darlos a conocer”.
La charla concluye y al despedirse muestra en su mano derecha el anillo de una libélula, que para algunos simboliza madurez y profundidad, el cambio de perspectivas de la autorealización, también una madurez emocional que entiende el significado de la vida, es poder, fortuna y equilibrio. Luego todo empieza a tener sentido.
Algunos títulos de su catálogo:
Infantil
- Nilo de Agua y las mariposas, Janiel Humberto Pemberty.
- Pelo de Páramo, Leonardo Ortiz Franco.
Ficción
- Polaroid, Jeremías Lawson.
- El hedor del Jazmín, Antonio Torres.
- Tarde de Golondrinas, Héctor Manuel Castro.
- Abril nace en enero, Armando Caicedo.
- El hijo del curandero, José María Valle Torralbo.
- La última Ceniza, Montserrat Martorell y Sara Jaramillo Klinkert.
No ficción
- Un París de Cabaret, Héctor Mora Pedraza.
- Por qué me quedé en Colombia, Gustavo Castro Caycedo.
- De la Tierra del Hielo a la Tierra del Fuego, Enrique Córdoba.
Nota vía: Efectoezpiral.com
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