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Polaroid y otros cuentos de Jeremías Lawson - Palabra Libre - Editorial
Polaroid y otros cuentos de Jeremías Lawson

Polaroid y otros cuentos de Jeremías Lawson

“Puede que haya descubierto que el tiempo no existe y que en realidad no es más que una ilusión, una artimaña que alguien inventó al enterarse de que la tierra giraba alrededor del sol y sobre su propio eje, y de una manera arbitraria, llamó a lo primero “años”, y a lo segundo “días”, que a su vez subdividió en 24 partes y luego, de sesenta en sesenta, para poder cuantificarlos, y ante la objeción de la lógica, apoyarse convenientemente en los años bisiestos y en cambiar horarios al llegar los respectivos solsticios”, escribió Jeremías Lawson en el libro que hoy tienes entre las manos: Polaroid, cuentos de un ciudadano del mundo, un libro que llegó a Palabra Libre, porque el destino fue bueno y, primero, sincronizó nuestras brújulas y nuestras manecillas del reloj en un mismo punto; y segundo, nos condujo hacia él sin sonrojarse. Y así, ya ubicados en las tablas, piensa en estos tres factores que fueron combustión y reacción al mismo tiempo: un restaurante francés en Miami, un grupo de personas que van a cenar a ese restaurante, y un mesero encargado de atender a ese grupo de personas, mientras escuchas la voz que dentro de tu cabeza lee en voz alta: 

Unos amigos me invitaron a almorzar a un sitio muy pequeño, en el que no había mucha gente, y en el que nos atendió un chico alto, delgado y muy amable que de tanto ir a la cocina y venir a la mesa, supo que estábamos hablando de libros, entonces cuando ya estábamos por irnos, nos contó que había escrito algo y quería saber cómo era el proceso para presentarlo a la editorial. Mis amigos me señalaron y le dijeron que yo podría ayudarlo, así que le di mis datos, y después de intercambiar un par de correos electrónicos, me envió a la casa una copia de su obra, y bueno, resulta que su obra era un libro ecléctico lleno de poemas, canciones, y cuentos y textos sueltos, así que después de leerlo le dije que de verdad me gustaban los cuentos y que sería lindo hacer un libro con ellos, él aceptó y ahí comenzamos a trabajar con todo el equipo: escogimos algunas historias, les buscamos una identidad, y una vez terminado todo el proceso de edición y publicación, creo que Polaroid nos deja una sensación que es muy conmovedora por su belleza: la sensación de que nosotros no somos ni de aquí ni de allá, sino de donde estamos en el momento en que somos felices.

Y como sabemos que esa voz no se puede apagar, te contamos que la persona que recuerda el encuentro es Catalina Martínez (nuestra directora), y el mesero, como ya lo sabes, es Jeremías, un escritor, poeta y cantautor nacido en Argentina, criado en Venezuela y hospedado en Miami desde los 20 años, cuya narrativa se parece a la de un documentalista, pues va con su cámara colgada al cuello y captura pequeños momentos que luego desarrollará en sus relatos, como los que se encuentran aquí reunidos, y que dan cuenta de un observador inquieto que se sienta en l os cafés a escuchar las historias de la gente, que se acurruca junto a los arbustos para alcanzar a ver más de cerca lo que pasa en la casa de enfrente, que se pone a hablar con las pitonisas, los emboladores de zapatos, los vendedores de frituras. Se trata de la visión de un ciudadano que ha hecho del mundo su templo y lo recorre, registrándolo todo.

Así que deseamos que disfrutes tanto de esta lectura como nosotros disfrutamos del trabajo colaborativo que nos propuso, pero antes, te compartimos una breve conversación que tuvimos con Jeremías Lawson, a propósito de esta buena nueva:

¿Cómo se despertó en ti la vocación literaria?

No sabia que la tenía. Fue uno de esos felices accidentes de la vida. Escribía cuentos en un blog con la única intención de impresionar a una chica escritora. Poco entendía entonces que a las chicas escritoras es casi imposible sorprenderlas, especialmente escribiendo. Pero de ese fracaso estratégico me quedó el gusto por las letras y por contar historias.

¿En tu caso hay ciertas conexiones entre lo que haces para vivir y las temáticas que abarcas en tu obra?

Sí. Aunque no se de así en todos mis relatos, la música (que es lo que hago para vivir) permea constantemente mis cuentos. También depende de la obra que esté haciendo; en este momento estoy escribiendo un libro de sátira sobre un detective y la música no ha asomado por ningún lado… todavía.

¿Por qué decides escribir un libro sobre viajes?

No he viajado mucho. Mis obligaciones me han mantenido siempre en un radio bastante corto de distancia. Eso es lo bueno de las letras: te llevan a viajar a sitios que nunca has visitado físicamente, y, en el mejor de los casos, que ni siquiera existen.

¿Hiciste algún proceso de documentación antes de escribir?

Para las historias no. Cada personaje y lo que les ocurre lo saqué de mi imaginación. Pero como las historias se dan en diferentes ciudades, entonces tuve que ayudarme con fotografías, videos y cosas por el estilo, para darme una mejor idea de la arquitectura, los colores o la cultura general de cada sitio. Borges decía que no se debe escribir sobre lo que no has visto o no has vivido. Pido perdón al maestro.

¿Cómo construiste los personajes?

Con ejercicios de proyección. Por ejemplo: ¿cómo actuaría yo si caminase enojado por la calle y me topase con un payaso que quiere hacerme reír?  Y, más importante aún: ¿cómo haría reír a un tipo que anda enojado por la calle si yo fuese payaso?

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